Shanda Sharer fue una niña estadounidense que en el invierno de 1992 fue golpeada, acuchillada, estrangulada, sodomizada y quemada viva. Ella vivía en Indiana y tenía apenas 12 años en el momento de su muerte. El crimen atrajo la atención internacional debido a la brutalidad del asesinato y la corta edad de los perpetradores, que tenían entre 15 y 17 años. Este caso conmovió al mundo entero y es que los detalles del crimen pintan un escenario de auténtico horror que sin duda perfilan los rasgos de la maldad absoluta.
Shanda Sharer
Shanda Renee Sharer nació en Pineville Community Hospital en Pineville, Kentucky, el 6 de junio de 1979, de Stephen Sharer y su esposa Jacqueline Sharer, quien más tarde sería conocida como Jacqueline Vaught. Después de que los padres de Sharer se divorciaron, su madre se volvió a casar y la familia se mudó a Louisville, Kentucky. Sharer asistió a quinto y sexto grado en Louisville en St. Paul School, donde participó en los equipos de porristas, voleibol y softbol. Cuando su madre se divorció de nuevo, la familia se mudó en junio de 1991 a New Albany, Indiana, y Sharer se inscribió en Hazelwood Middle School. A principios del periodo escolar fue nuevamente transferida, esta vez a la Escuela Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, una escuela católica en New Albany, donde se unió al equipo de baloncesto femenino.
Shanda Sharer |
Eventos antes del asesinato
Melinda Loveless, creció en una casa que se puede describir con una sola palabra; pesadilla. Su padre violaba habitualmente a su madre mientras ella y sus hermanas eran testigos impotentes de estos hechos. Se ha dicho que el señor Loveless también abusaba sexualmente de cada una de sus hijas.
En 1990, Melinda Loveless tenía 14 años y estaba en una relación intermitente con Amanda Hearvin de 12 años. Amanda salía al mismo tiempo con Shanda Sharer.
Amanda y Shanda se habían conocido en el otoño de 1990 en la escuela secundaria Hazelwood Junior cuando tuvieron una discusión que degeneró en violencia física; sin embargo, mientras se encontraban castigadas por este hecho en la sala de detención de la escuela, se hicieron amigas y luego comenzaron a intercambiar cartas románticas.
En octubre de 1991, Shanda y Amanda asistieron juntas a un festival. Melinda presuntamente las confrontó y exigió que Amanda eligiera con qué chica preferiría estar. Amanda Hearvin eligió a Melinda. Pero Melinda no estaba demasiado contenta y amenazó a Shanda en público: «Si intentas hablar con Amanda de nuevo, te voy a matar». Preocupada por los efectos de la relación de su hija con Amanda, los padres de Shanda hicieron arreglos para trasladarla a otra escuela. Es así como a fines de noviembre, Shanda es transferida a la Escuela católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
En esa época, Melinda Loveless le envió a Amanda Hearvin, varias cartas donde amenazaba con matar a Shanda. Amanda dice que ella fue a la fiscalía y le entregó las cartas a un joven fiscal y que también se lo dijo a su padre, pero nadie hizo nada al respecto.
Pre-secuestro
En la noche del 10 de enero de 1992, Toni Lawrence (15 años), Hope Rippey (15 años) y Laurie Tackett (17 años) condujeron el automóvil de Tackett desde Madison hasta la casa de Melinda Loveless en New Albany. Lawrence, aunque era amiga de Tackett, no había conocido previamente a Loveless (de 16 años). Rippey si la había visto una vez y se había llevado bien con ella. Al llegar, pidieron prestada algunas prendas a Loveless, y ella les mostró un cuchillo, diciéndoles que iba a asustar a Shanda Sharer con eso. Tackett conocía el verdadero plan, pero Rippey y Lawrence ni siquiera conocían a Shanda Sharer. Melinda Loveless les explicó a las chicas que no le gustaba Sharer por ser una imitadora y por haber robado a su novia.
Las cuatro niñas se dirigieron a Jeffersonville, Indiana, donde Shanda se quedaba con su padre los fines de semana. Llegaron a la casa de Shanda poco antes del anochecer. Loveless instruyó a Rippey y Lawrence para que engañaran a Shanda Sharer presentándose ante ella como amigas de Amanda Heavrin y la convencieran de acompañarlas a ver a Heavrin, que las estaba esperando en El Castillo de La Bruja, una casa de piedra en ruinas, también conocida como Mistletoe Falls, ubicada en una colina aislada con vistas al río Ohio.
Shanda dijo que no podía ir porque sus padres estaban despiertos y les dijo a las chicas que regresaran cerca de la medianoche. Loveless estaba enojada al principio porque pensaba que su macabro plan había fallado, pero Rippey y Lawrence le aseguraron que volverían más tarde para convencer a Shanda. Las cuatro chicas cruzaron el río a Louisville, Kentucky, y asistieron a un show de punk rock de la banda Sunspring. Lawrence y Rippey rápidamente perdieron interés en la música y fueron al estacionamiento fuera del skate park, donde se involucraron en actividades sexuales con dos chicos en el auto de Tackett.
Finalmente, las cuatro chicas se fueron a la casa de Shanda nuevamente. Durante el viaje, Melinda dijo que no podía esperar para matar a Shanda; sin embargo, Melinda luego las tranquilizó diciendo que solo tenía la intención de usar el cuchillo para asustarla. Cuando llegaron a la casa de Shanda a las 12:30 a.m., Lawrence se negó a engañar a Sharer, por lo que Tackett y Rippey fueron a la puerta. Melinda se escondió debajo de una manta en el asiento trasero del auto con el cuchillo.
El Secuestro
Rippey le dijo a Shanda que Heavrin todavía la estaba esperando en el Castillo de las Brujas. Shanda se mostró reacia a ir con ellas, pero finalmente aceptó y su destino quedó sellado. Cuando subieron al vehículo, las chicas le preguntaron a Shanda sobre su relación con Amanda Hearvin en lo que debió haber sido un intento de enojar a Melinda. Cuando Shanda comenzó a hablar, Melinda surgió del asiento trasero y puso un cuchillo en la garganta de Shanda. La pequeña niña se asustó y comenzó a llorar.
En Witch's Castle, tomaron a Shanda quien estaba aterrorizada y sollozante y ataron sus brazos y piernas con una cuerda. Melinda empezó a burlarse de su pelo y se preguntó qué tan bonito sería si lo cortaran, lo que asustaba aún más a Shanda. Melinda la despojó de los anillos y se los dio a las chicas. En algún momento, Rippey tomó el reloj de Mickey Mouse de Sharer y bailó con la melodía que tocaba. Tackett aterrorizaba a Amanda, alegando que el Castillo de Brujas estaba lleno de restos humanos y que ella sería la siguiente.
Para amenazar aún más a Shanda, Tackett sacó del auto una camisa y le prendió fuego, pero inmediatamente temió que el fuego fuera detectado por los autos que pasaban, por lo que las chicas decidieron llevarse a Shanda a otro lugar. Durante el viaje en automóvil, Shanda les rogaba que la llevaran a casa. Melinda le ordenó a Shanda que se quitara el sujetador, que luego le entregó a Rippey, quien se quitó su propio sujetador y lo reemplazó con el de Shanda mientras manejaba el auto. La chicas se dieron cuenta que estaban perdidas, por lo que se detuvieron para buscar direcciones en una gasolinera, donde cubrieron a Shanda con una manta. Mientras Tackett entraba para pedir instrucciones, Lawrence llamó a un chico que conocía en Louisville y conversó durante varios minutos para calmar sus preocupaciones, pero no mencionó el secuestro de Shanda. Volvieron al automóvil, pero se perdieron de nuevo y se detuvieron en otra gasolinera. Allí, Lawrence y Rippey vieron a un par de niños y hablaron con ellos antes de volver a subir al automóvil y marcharse.
Tackett condujo hasta a un oscuro vertedero de basura en una zona boscosa. Lawrence y Rippey estaban asustadas y se quedaron en el auto. Loveless y Tackett hicieron que Shanda se desnudara (recordemos que era invierno y hacia mucho frio); entonces, Melinda golpeó a Shanda con sus puños. A continuación, Melinda golpeó repetidamente la cara de Shanda con su rodilla. Cortó la boca de Shanda en sus propias llaves. Melinda también trató de cortar la garganta de Shanda, pero el cuchillo no era lo suficientemente filoso. Rippey salió del auto para sostener a Shanda mientras Melinda y Tackett se turnaban para apuñalarla. A continuación, estrangularon a Shanda con una cuerda hasta que quedó inconsciente, la colocaron en el maletero del coche y le dijeron a las otras dos chicas que Shanda había muerto.
Las chicas condujeron a la casa de Tackett y entraron a beber refresco y limpiarse cuando de repente oyeron que Shanda gritaba. Tackett salió con un cuchillo de cocina y la apuñaló varias veces más, regresando unos minutos después cubierta de sangre. Después de lavarse, Tackett leyó el futuro de las chicas con sus «piedras rúnicas». A las 2:30 a.m., Lawrence y Rippey se quedaron en la casa mientras Tackett y Melinda se dirigieron hacia la cercana ciudad de Canaan con Shanda aun en la maletera del vehículo. Shanda seguía llorando y se podía oír el gorgoteo de la sangre manando de sus heridas, por lo que Tackett detuvo el automóvil. Cuando abrieron el baúl, Shanda se sentó, cubierta de sangre con los ojos vueltos hacia atrás, pero incapaz de hablar. Tackett la golpeó con el ring de un neumático hasta que quedó inconsciente.
Melinda y Tackett regresaron a la casa de Tackett justo antes del amanecer para limpiarse de nuevo. Rippey preguntó por Shanda, y Tackett describió con carcajadas, el castigo infligido a la niña durante el corto viaje que hicieron. La conversación despertó a la madre de Tackett, quien le gritó a su hija que llevara a casa a las niñas, por lo que Tackett aceptó llevarlas a casa. Condujo hasta un claro en el camino, donde abrieron el baúl para mirar a Shanda. Después de inspeccionar el cuerpo, escucharon a Shanda susurrando entre sollozos, «mami» mientras gorgoteaba sangre a través de sus heridas. Rippey roció a Shanda con Windex (amoniaco), aparentemente para intensificar el dolor de las heridas y se burló «no te ves tan sexy ahora». Melinda continuó apuñalando a Shanda.
Después de todo ese castigo, la niña de 12 años aún seguía con vida, entonces Melinda agarró una llave de cruz de las que se usan para apretar o aflojar los tornillos que sujetan las llantas de los automóviles y comenzó a sodomizar a la niña con la herramienta. Cuando se cansó de esta actividad, comenzó a golpearla con la misma llave hasta dejarla inconsciente. De alguna manera, Shanda no murió.
Entonces las chicas condujeron hasta una estación de servicio cerca de Madison, metieron gasolina en el auto y compraron una botella de Pepsi de dos litros. Tackett sirvió la Pepsi y volvió a llenar la botella con gasolina. Condujeron al norte de Madison, pasando Jefferson Proving Ground a Lemon Road en la ruta 421 de los Estados Unidos, un lugar conocido por Rippey. Lawrence permaneció en el automóvil mientras Tackett y Rippey envolvieron a Shanda, que todavía estaba viva, en una manta, y la llevaron a un campo junto al camino rural de grava.
Shanda, cerca del final lloró suavemente, desplomándose en el suelo helado al lado de Camp Meeting Road. Una vieja manta que había agarrado en el baúl estaba sobre ella. Las chicas la empaparon de gasolina. Shanda finalmente fue quemada viva. Cuando las chicas ya se marchaban, Melinda pensó que quizá la niña aún no había muerto así que regresó para ver y notó que Shanda se retorcía entonces la roció con más gasolina. Shanda Sharer finalmente murió. Las cómplices del crimen más tarde recordarían la alegría de Melinda al ver morir a su rival.
Lugar donde murió Shanda Sharer
En resumen, durante casi ocho horas, la joven fue sodomizada con una llave de cruz, golpeada y acuchillada repetidamente, fue estrangulada con una cuerda, sus piernas fueron cortadas con un cuchillo y finalmente fue quemada viva.
Las chicas fueron a un McDonald's a las 9:30 a.m. para desayunar, donde hacían bromas acerca del cuerpo Shanda comparándolo con la carne de las hamburguesas que estaban comiendo. Lawrence luego llamó a un amigo y le contó sobre el asesinato. Posteriormente Tackett dejó a Lawrence y Rippey en sus casas y finalmente regresó a su casa con Melinda.
Una amiga de Melinda, Crystal Wathen, fue a visitarla y le contaron lo que había sucedido. Luego, las tres chicas condujeron para recoger a Amanda Heavrin y llevarla de regreso a la casa de Melinda, donde le contaron a Amanda toda la historia; Amanda no creyó que fuera cierto. Tanto Amanda como Crystal Wathen se convencieron cuando Tackett les mostró el baúl del auto salpicado de abundante sangre fresca y con las huellas de las manos y los calcetines de Shanda aun presentes. Amanda estaba horrorizada y pidió que la llevaran a casa. Cuando se detuvieron frente a su casa, Melinda besó a Amanda y le dijo que la amaba y le suplicó que no se lo dijera a nadie. Amanda le prometió que no lo haría y no lo hizo.
El cuerpo de Shanda Sharer fue descubierto temprano en la mañana siguiente por un grupo de cazadores de codornices. La policía quedó desconcertada por el horrendo crimen, pero al final del día, Toni Lawrence se puso en contacto con la policía y explicó exactamente lo que sucedió. Las cuatro chicas fueron acusadas de asesinato, incendio provocado, agresión con arma mortal, agresión agravada, confinamiento criminal e intimidación, y Melinda y Tackett recibieron cargos adicionales, incluido el asesinato en primer grado. Lawrence y Tackett recibieron 60 años de prisión por sus crímenes, Rippey estuvo en prisión hasta 2006 y Lawrence fue liberada en el 2000.
Laurie Tackett fue liberada de las instalaciones correccionales de Rockville el 11 de enero de 2018, en el 26 aniversario de la muerte de Shanda Sharer, después de cumplir apenas 26 años en prisión.
Melinda Loveless es la única de las cuatro asesinas que permanece en prisión, su liberación esta prevista para septiembre de 2019.
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